Estamos terminando la época de la fresa. Qué suerte tenemos de poder saborear esta fruta, recién llegada de nuestros campos. Qué suerte poder comprarla por cajas y que sea tan accesible.
Me gusta hacer mis propias mermeladas. Es una tarea sencilla y me agrada saber que comemos fruta y azúcar y nada más. Indudablemente, lo bueno es aprovechar la temporada y hacerte con una despensa bonita. Luego, las aplicaciones son amplias además del uso tradicional: para amenizar unas galletas, como relleno en una tarta, como salsa en cualquier postre... o sencillamente un tarrito como regalo.
Recetas hay tantas como fresas hay en los campos. Comparto la mía, adaptada a través de los años.
Ingredientes: dos kilos de fresas y 1,2 kilos de azúcar.
1. Lavamos las fresas y les quitamos los rabitos. Troceamos en pedacitos y ponemos en una olla.
2. Echamos el azúcar por encima y mezclamos para que queden todas impregnadas.
3. Ponemos a fuego medio y vamos revolviendo de vez en cuando.
4. En este proceso, espumamos.
5. Tiempo de cocción de una hora a una hora y media. Pasado este tiempo, dejamos enfriar y una vez frío, pasamos el turbis. ( Ojo, a mi me gusta sin trozos de fresa. Si uno prefiere encontrarse tropezones de fruta, se deja enfríar sin más.)
Para preparar nuestros tarros reciclados sigo el siguiente proceso: primero hiervo los tarros y las tapas en agua durante 10 minutos. Los retiro del agua y los dejo secar sobre un paño limpio.
Una vez rellenos, los cierro y vuelvo a introducirlos en un baño de agua, otros 10 minutos. De esta manera me aseguro de esterilizarlos bien y que se me conserve la confitura en óptimo estado.
Nada más queda etiquetarlos y ponerles pañoleta para que no se nos resfríen!
Suerte y a hacer mermelada de fresas, que pronto nos llegará la cereza y esa está de muerte!